Hay que ser extremadamente cautelosos con las encías. No solo con los dientes, sino con las encías que sustentan estas piezas dentarias. Sino tratamos bien nuestra boca, podemos encontrarnos un buen día sin este sustento tan importante.
Una GINGIVITIS es una enfermedad muy común, provocada por la inflamación de las encías. Esta inflamación se produce por infecciones de las bacterias que hay en la boca, si bien también hay otros factores como el estrés, la genética o el tabaco.
En el cepillado de los dientes, si se produce sangrado de las encías, aunque sea de forma leve y periódica, en vez de verlo como algo natural, es un aviso de que hay algo que no está correcto y por tanto debe acudirse a la consulta del dentista. Otros síntomas aparte del sangrado, que a veces se enmascara en pacientes fumadores, pueden ser el mal aliento, la movilidad de piezas dentales, el enrojecimiento o dolor de las encías, los espacios interdentales, y otros, por lo tanto para prevenir mejor acudir al especialista.
Se puede prevenir la gingivitis con una buena higiene bucal, lengua y dientes, un buen cepillado, una higiene interdental con hilo o cepillos, el uso de enjuagues bucales y la visita regular al dentista para revisar el estado de salud de la boca.
La encía también debe cepillarse, no sólo los dientes, ya que las bacterias que pueden afectarla son diferentes de las que producen caries y se esconden entre la encía y el propio diente.