EL PELIGRO DE LAS BEBIDAS AZUCARADAS
Con frecuencia vemos que nuestros hijos beben a menudo bebidas carbonatadas azucaradas, como los refrescos de naranja, cola, limón; bebidas a base de zumo con o sin azucares añadidos (lo cual indica que ya tienen azucares previos) o batidos de leche.
El nexo común de todos ellos es que tienen una cantidad de azúcar elevada, por ejemplo un refresco de limón tiene unos 42 gramos de azúcar por lata, el equivalente a 5 sobres de azúcar del café. Ese azúcar las bacterias lo transforman en ácido dañino para nuestros dientes.
Además suelen tener ácido fosfórico en su composición, capaz de erosionar el diente.La combinación de estos dos elementos es una bomba de relojería para el diente.
Otro factor importante es que cuando tomamos esas bebidas, no nos solemos cepillar los dientes con lo cual estamos favoreciendo la aparición de la caries.
Por todas estas características de esas bebidas, estamos observando en niños menores de 16 años un aumento de un tipo de caries que estaba prácticamente desaparecido, que son las caries agudas, que son muy dañinas para la dentición infantil, porque cuando se detectan tienen un gran tamaño y casi siempre cercano al nervio.
Al ser preguntados si bebían refrescos, todos ellos referían hacerlo varias veces al día.
Si queremos cuidar la salud bucodental de nuestros hijos, los refrescos debemos dárselos de manera excepcional, no diariamente y por supuesto con un posterior cepillado.